Incorporar la sostenibilidad a la arquitectura y, en particular, al entorno urbano, se volvió una necesidad fundamental y una respuesta urgente a la creciente demanda social de prácticas más conscientes con el medio ambiente.

Bajo esta premisa diseñé Allegra Eco Smart, un proyecto ubicado en el barrio de Caballito que nació de una idea sustentable y representa un hito tanto en mi vida profesional como personal. Estoy convencida de que integrar la naturaleza en nuestros espacios urbanos no solo embellece el entorno, sino que también mejora nuestro bienestar cotidiano.

La innovación juega un papel central en esta transformación hacia el eco-diseño urbano. Nuevas tecnologías, materiales y enfoques creativos se están aplicando para afrontar los desafíos ambientales que enfrentan nuestras comunidades.

Uno de los principales retos en el diseño de este proyecto fue encontrar maneras de incorporar elementos naturales en el edificio sin sacrificar el confort ni la calidez que queríamos para los residentes. La fachada verde del edificio, que contribuye a mejorar la calidad del aire y proporciona mayor aislamiento térmico, es un claro ejemplo de cómo la naturaleza y la arquitectura pueden convivir de manera armoniosa. Esta fachada actúa como un manto vivo, ofreciendo privacidad y conectando a los residentes con la naturaleza, incluso en pleno corazón de la ciudad.

Cada balcón aterrazado, con sus canteros de riego automático, fue pensado como un pequeño jardín suspendido. Estos espacios verdes permiten a los residentes disfrutar de un respiro natural, sentir la frescura de las plantas y relajarse en su propio refugio. Las ventanas de doble vidrio hermético y la ventilación cruzada aseguran que la luz natural y el aire fresco fluyan por todos los rincones, creando un ambiente acogedor y saludable.

Además, el sistema de recolección de agua de lluvia se utiliza para el riego de las áreas verdes, fomentando un uso más eficiente y responsable del agua.